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PARPADEOS

ENTRE OLEIROS Y BUENOS AIRES.

ENTRE OLEIROS Y BUENOS AIRES.

Las luces y el tráfico de la avenida de Santa Fe en Buenos Aires, habían sido sustituidas por la oscuridad de los árboles y el rugido del mar a lo lejos, del pequeño puerto pesquero de Mera en Oleiros, pero en el interior del cine, las sensaciones eran muy parecidas: publico expectante, actores deseosos, técnicos inquietos y yo con la baraja de cartas, como Tamarit, esperando que el artificio cinematográfico se convirtiera en magia.

En cuanto al nivel de producción las películas “El niño de barro” y “A pesar de todo, quérote” no tienen nada que ver, pero a mi, como director, los números no me interesan, lo que me pone a cien, es que las decisiones que has tenido que tomar hasta conseguir meter una historia en la lata, no se noten y que esos personajes que se van a colar durante mucho tiempo en las cabezas de la gente sean atractivos y de verdad.

Esa noche del estreno, la química funcionó. El Auditorio García Márquez, estaba al completo. Las emociones y las risas de la película, se trasladaron a la gente y al final los aplausos, abrazos, besos y comentarios sonaron sinceros.

El elenco estaba casi al completo: Deborah Vukusik, Ruben Prieto, Lua Testa, Dani Lago, Rosa Alvarez, Belén Constela, Mariana Expósito, Cristina Ramallal, Estivaliz Veiga, Diego Freire, aunque echamos de menos a Christian Escuredo y a su padre en la ficción Alfonso Agra, por razones del bendito trabajo.

Todos ellos fueron muy generosos y logran un conjunto, lleno de matices, medido y a veces roto por pasiones complicadas, construyen un fragmento de humanidad del que me siento muy orgulloso.

También estaba mi equipo de siempre, los que me acompañan en los proyectos, en Buenos Aires, en Barcelona, en Valencia o aquí: Susana Maceiras, esa grande de la producción especialista en milagros financieros y en afectos auténticos, el director de fotografía y consultor Suso Bello, 26 años ya, mirando a través de sus privilegiados ojos, la montadora Rita Romero, que me descabalga evidencias y tiene el don de fluir, Luís Longueira, que con sus ansias de experimentación me conecta con la frescura, el compactador final Juan Carlos Ríos, cuyo nivel de exigencia hace que no se nos escape una, Carmen Sánchez, Juan Fuentes, Elvira Rodriguez, Sergio Pena, como dice el protagonista de la peli “pasamos tantas juntos”.

Tambien estaban los que en esta ocasión se han puesto la camiseta de Adivina, Enrique Batet y Mirian Devesa, Héctor Diguez y Sabela, Andrea Pozo (que bonitos espacios), Melero y Cariño (como siempre profesionales y generosos), Carlos Mouriño, Jose Alberto Suarez, Carol Varela (que buenas heridas) y Bea Antelo (que guais esos pelos), Ventura, Tanis, Arturo Kress, Xavi, bueno todos… 

Cada uno tenia, sobre el papel, visiones muy diferentes de la película y cuando me iba cruzando con ellos durante el cóctel, sentí ese orgullo en sus ojos que me confirmaba que había acertado con el punto de sal.  

Pero además, esa noche, en la que los sueños se podían convertir en realidad, (era el día del sorteo especial de lotería de Navidad), tuvimos muchos apoyos, allí estaba la directora de la Televisión de Galicia Rosa Vilas y el Director de Relaciones Externas Fernando Ojea, el Director General de I+D+I Ricardo Capilla, El director de Comunicación del Grupo GADISA José Luís Fernandez y de Marketing Antonio Cortes, la Primera Teniente de Alcalde de Oleiros María Xosé Varela, representantes de la Asociación de Actores, de la Academia, del Cluster, de los productores, vecinos y amigos, muchos amigos…

La película narra las consecuencias de un accidente de trafico en un grupo de jóvenes de 20 años y hablando con mi hija Laura, que tiene esa edad, me comentó de un grupo coruñes de rap que tenia una canción preciosa que hablaba sobre una perdida, se llamaba “Lloro”, era un tema que circulaba por Internet. La canción me sonaba, porque Laura la cantaba cuando íbamos en el coche y tenía una letra que llamaba poderosamente la atención. Ellos son Ámbito Kintoh, Alvaro y Ricky, unos hip hoperos con corazón. De ellos es el tema principal de la película. Después del estreno nos regalaron un directo que hizo que la noche se prolongara hasta el famoso local “A casa do arxentino”, no podía ser de otra forma, había que completar el circulo mágico de esa noche, entre Oleiros y Buenos Aires.

Jorge Algora

Director de “A pesar de todo, quérote”.

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