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PARPADEOS

Audiovisual en Galicia: Ni hubo boom, ni hay bluf.

Audiovisual en Galicia: Ni hubo boom, ni hay bluf.

Hay un proceso de normalización que parece navegar entre dos corrientes:

Una que intenta mantener la industria existente buscando el amparo de la Televisión de Galicia, de la que el sector depende en un 70%, o en la política de subvenciones del Gobierno Gallego (Según una encuesta un 64 % de la población ve bien la subvención al cine), pero también gracias al trabajo realizado por numerosos compañeros y compañeras que han puesto todo su empeño para dar a conocer el audiovisual dentro de Galicia (Mareas Vivas, Libro de Familia, Pratos, A Vida por diante) y otras, que con el mismo ímpetu lo dan a conocer fuera (El niño de barro, Fisnisterre, Mar a dentro, Un franco 14 pesetas, León y Olvido, La promesa)

Otra corriente, parece buscar nuevos talentos, una identidad propia, tal vez un nuevo estilo narrativo.

Ambas corrientes son necesarias y han de mantenerse en equilibrio: La mediana industria que hemos logrado ha de consolidarse porque es un logro de todos y porque naturalmente ha de ser el soporte para que los nuevos valores y las nuevas historias tengan su normal desarrollo.

Lo mas importante de este momento es lograr la sensación de que se pretende sumar, de sinergizar al sector audiovisual, que para eso tenemos un Cluster Gallego, para que se den las condiciones necesarias que permitan tener éxitos colectivos, que representen un negocio real y que nos permitan existir, no solo en Internet, sino también en las televisiones y en los cines.

Estamos ante una situación de oportunidad: Durante años los directores, productores y directores de fotografía hemos luchado por una ley del cine que nos pusiera en situación de igualdad con Francia. Con esa ley recien aprobada no deberíamos bajarnos del carro.

En estos momentos contamos con equipos solventes para producir historias y eso ha sido labor de muchos años, hay países que aunque lo quisieran tardarían al menos 15 años en ponerse al nivel de los profesionales de Galicia.

Tenemos guionistas, directores, músicos, productores, directores de fotografía, de Arte, de vestuario, maquilladores, actores, constructores de decorados, montadores, ingenieros de sonido, técnicos en efectos especiales... son los 3000 del sector audiovisual, su mayor fuerza y esos 3000 lo que están pidiendo, igual que el resto de trabajadores, es estabilidad y calidad en el empleo.

Los profesionales del sector gallego saben perfectamente lo que hay y lo que quieren, de lo que se sienten orgullos y de lo que prefieren no hablar.

Todos sabemos que la televisión, las videoinstalaciones y el cine, llevan en sus genes la opinión y la critica, es tan parte de ellos como el entretenimiento y la cultura. Por eso las valoraciones de, me gusta, no me gusta, es muy gallego o poco gallego, son algo inherente al hecho audiovisual, lo realmente importante es que las obras lleguen a los medios y en la calle, esa es la mejor demostración de nuestra existencia.

Hay que seguir cabalgando, el audiovisual gallego no se puede instalar desde un solo frente, ha de ser conocido por sus profesionales, por sus obras y por su industria; para eso ha de olvidar viejas rivalidades, fusionarse, integrar naturalmente a los nuevos valores, para que estos no se vean obligados a montar su propia productora y vuelta a empezar.

 

Es bueno para todos que los viejos astilleros de Bazán, hoy Navantia, hayan asegurado su carga de trabajo hasta el 2014, con un nuevo pedido de barcos desde Australia.

Lo que parece una vieja industria, puede y debe seguir representando trabajo y riqueza para hoy y para el futuro.

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